La historia de la vida no comienza con la célula. ¿Cómo llegó ésta a formarse? ¿Qué estructuras se reconocen en su interior?
Como veremos en el siguiente capítulo, la célula cuenta
en su interior con organelas (plastos, mitocondrias, etc.), y, a su vez, todos los materiales celulares están constituidos, en última instancia, por macromoléculas (como las proteínas y los ácidos nucleicos).
Si analizamos el caso de los virus, veremos que éstos se encuentran en el límite de la vida. ¿Por qué? Porque en realidad no son células. Están formados por una molécula de ADN (ácido desoxirribonucleico) o ARN (ácido ribonucleico), rodeada por una cápsula proteica, o cápside, que adopta diferentes formas. A veces, los virus poseen una constitución compleja, como los bacteriófagos (virus que parasitan bacterias), o envolturas proteicas (virus de la gripe y de la inmunodeficiencia humana: VIH). Teniendo en cuenta las características descritas, los virus se sitúan en el nivel de organización de agregados macromoleculares.
Dentro de las células, los virus utilizan la energía, la materia y el sistema enzimático de aquéllas, y rcién entonces son capaces de reproducirse. Sólo pueden ser observados al microscopio electrónico, porque su tamaño no excede los 2.500 Á (1Á = 0,0000001 mm). La simplicidad de su estructura explica que carezcan de metabolismo, por lo que se convierten en parásitos obligados, causantes de muchísimas enfermedades.
Las macromoléculas -, posiblemente, los virus- han surgido, a su vez, de la unión de moléculas más sencillas, y las moléculas están constituidas por átomos. Así como la célula es la unidad de la materia viva, el átomo puede considerarse la unidad fundamental de la materia.
Obviamente, el átomo está formado, a su vez, por partículas subatómicas de complejidad variable, como los electrones, los quarks, etcétera.
Si ahora nos situamos en el otro extremo de la organización de los seres vivos, encontraremos que aun los organismos más complejos se agrupan entre sí y forman poblaciones de pocos o de muchos individuos de la misma especie, que se interrelacionan con otras poblaciones integrando las comunidades.
Y la historia no termina aquí. Si generalizamos el concepto de nivel de organización, la unión de todos las biocenosis de la Tierra constituye la biosfera. Y nuestro planeta Tierra (¿o deberíamos llamarlo, tal vez, planeta Vida?) integra el Sistema Solar, que a su vez forma parte de la galaxia Vía Láctea, que integra el Cúmulo Local de galaxias y, en definitiva, forma parte del Universo.
Seleccionado y modificado de Barderi y col. 2001
Imagen:Gonzalez A. y S. Rivas.1985
Prof. Alicia Dutra
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